Entre los desafíos de la agricultura en el futuro y en el presente está la salinización del suelo, un problema socioecológico, que transforma tierras cultivables en tierras secas. Y, hay varios factores para este desafío, desde el mal uso de la tierra hasta las prácticas éticas de los seres humanos.
Sin embargo, en la situación actual del mundo y toda la cuestión de la falta de alimentos saludables para las generaciones futuras, el desarrollo de nuevos tipos de prácticas, como la agricultura de agua salada, ha sido la esperanza de todo el sector agroindustrial.
A continuación le mostraremos qué estudios se están realizando para viabilizar la agricultura con agua salada y cómo funciona la agricultura biosalina aquí en Brasil. ¡Buena lectura!
Principales estudios de la agricultura con agua salada
Un grupo de científicos de una startup israelí se destaca en estudios sobre agricultura con agua salada. Tras pruebas y análisis, el grupo ahora es capaz de producir alfalfa, cebollas, arroz y tomates en suelos salinos.
El trabajo, realizado con el objetivo de presentar al sector agroindustrial una alternativa barata y confiable al cultivo con agua salada, demuestra ya un impacto nulo en el medio ambiente y es una opción para alimentar a las generaciones futuras y, por supuesto, acabar con el hambre actual.
Desafiando los convenios agrícolas tradicionales, ya que se sabe que la sal es perjudicial para el suelo y el desarrollo de las plantas, la empresa, que ya cuenta con pruebas prometedoras en España, confirmó un impresionante aumento del 10% al 17% en la productividad del cultivo del tomate. .
Según el biólogo molecular y cofundador de SaliCrop, la clave del éxito es exponer las semillas al estrés ambiental desde el inicio del ciclo de crecimiento. De esta forma, las plantas desarrollan defensas naturales frente a condiciones adversas, como la salinización del suelo, haciéndolas más resistentes y adaptables.
Agricultura biosalina en Brasil
La sequía y la falta de agua en el Nordeste de Brasil es preocupante, sobre todo porque, en general, sólo llueve tres o cuatro meses al año. En este sentido, para poder producir en este entorno semiárido, los agricultores siempre buscan alternativas, especialmente durante los periodos de sequía.
Según estudios de Embrapa, hay al menos 200.000 pozos perforados en todo el nordeste semiárido, medida que es la opción para superar el clima. Pero la mala noticia es que la mayor parte de esa agua no se está aprovechando porque es agua salobre, es decir, con sal.
Proveniente de la formación geológica de la región, el agua salobre contiene sales, como cloruro de sodio, calcio, magnesio y potasio, por ejemplo. Lo que hace que el agua sea mala para beber, para hidratar a los animales y para utilizarla en la agricultura, como el riego, es una amenaza para el medio ambiente.
Por eso, Embrapa creó un grupo de investigación para adaptar las condiciones del agua en el Nordeste a una técnica ya utilizada en otros países: la agricultura biosalina. Utilizada como alternativa de cultivo, la agricultura biosalina se basa en el uso de agua con determinados contenidos de sal.
La idea es seguir tres reglas fundamentales:
Análisis del agua de pozo y los tipos de sales que contiene;
Conocer muy bien el suelo que se regará;
Elija cultivos adecuados para cada situación.
Sin embargo, para tener éxito es necesario asociar el riego con abono orgánico. Y, para que el agua salada no dañe el suelo, investigadores de Embrapa están desarrollando un sistema de gestión que ayuda a preservar la calidad del suelo.
Es decir, el agricultor debe dividir el cultivo en parcelas y elegir una para instalar el riego y plantar. Por lo tanto, este suelo debe ser analizado periódicamente y cuando el contenido de sal se vuelve crítico, se debe abandonar la parcela y el agricultor debe cambiar el sistema a otro.
De esta forma, la tierra descansará hasta que baje el nivel de sal y con el tiempo y cuidados volverá a ser fértil más adelante.
Salinización del suelo
El proceso de salinización del suelo consiste en la sobreacumulación de sales minerales presentes en el suelo. En otras palabras, este fenómeno puede empeorar el proceso de infertilidad del suelo e incluso provocar la desertificación.
Más común en climas áridos y semiáridos, la salinización del suelo también puede ocurrir en otros climas debido a la adopción de métodos agrícolas inadecuados. En este caso, es necesario adoptar una gestión para controlar la salinidad del suelo y también los recursos hídricos de riego.
Recordando que el problema de la salinización del suelo, así como la desertificación y la erosión, es un grave problema estructural, ya que daña la naturaleza y reduce los espacios recomendados para la agricultura. Por ello, varias ONG, además de la Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO) y la UNESCO, realizan severas intervenciones para proteger el medio ambiente.
Por ello, pensar en alternativas para evitar la salinización del suelo es fundamental, ya sea a través de la agricultura de agua salada o de la agricultura biosalina. Ambos sirven para reutilizar recursos inimaginables y han mostrado resultados sorprendentes.
Fuente:Sensix